lunes, 28 de junio de 2010

Autorretrato

¿Qué mejor para empezar un blog que el autorretrato? Para que me vayan conociendo, un poco nomás, es conveniente y necesario presentarme de alguna manera...Lo que leerán a continuación es un texto que escribí para una matería que estoy cursando en la UBA (Taller de Expresión III-Gráfica). El TP consistía en escribir nuestro retrato sin "lugares comunes", en un lenguaje sencillo, sin muchas vueltas. Debo admitir que me costó bastante. Las metáforas y los rebusques a la hora de narrar siempre están presentes para mí. En lo personal no es de mis mejores textos pero creo que explica algo a cerca de lo que soy y de lo que estoy estudiando.

El siguiente texto debería responder a una consigna específica y muy clara: escribir mi autorretrato visto desde “un lugar común”, sin intervenciones, de manera “directa”. El problema que tengo con este deber es que mi hemisferio cerebral encargado de que pueda escribir e inventar lo que quiero decir en un texto no está de acuerdo con esta consigna y no me deja trabajar. Todo esto tiene una explicación: resulta que mis textos son siempre complicados y busca la ayuda de metáforas, comparaciones y otros recursos de estilo que permite, como dirían algunos, “ornamentar”, “decorar” mi discurso. No me gusta estar comentando lo que soy y lo que hago de una forma tan directa. Nací con esta cualidad y, lamentablemente, es parte de mí ¡Estoy en un gran problema! En plena discusión con mi “Yo escritora” creí que nunca me iba a poner de acuerdo pero después de una larga discusión resulta que me equivoqué. A la fuerza voy a apaciguar este lado tan importante de mí. No prometo nada. Sólo voy a poner todo mi esfuerzo en redactar este texto en un estilo “directo” aunque una parte de mi no sepa de qué se trata. Sepan disculpar los errores a cometer pero mi persona funciona así.

Nunca pensé que retratarse a uno mismo fuese tan complicado. Buscar alguna anécdota, una actividad, una cosa, algo que me represente es de las tareas mas difíciles que tuve en la vida. Sí, así de difícil es esto. En esta carrera, como en todas las carreras, todo se basa en trabajos prácticos o tesis o monografías que hacen el intento de juntar teoría y práctica, con suerte, para poner un número a eso que uno escribe. Es horrible ver cómo un numerito puede deshacer el trabajo de semanas. Tuve mis crisis en esta carrera. Supongo que muchos también las padecieron. Quise abandonar todo para seguir con otra carrera. Una en la que pudiera sentirme más cómoda y en la que cada día de cursada fuera más interesante para mí que el día anterior. Quería ser psicóloga. Algo en mí deseaba analizar a la gente. Lo hago con frecuencia mientras me hablan, mientras miro a la gente caminando por las calles o en los colectivos. Me gusta. Pero, ¿empezar todo de nuevo?: cbc, materias (muchas), tesis, trabajos prácticos, etc. Creo que sería entrar en las mismas crisis pero en otra carrera. Por eso le busqué la vuelta y traté de ver qué podía hacer con todo este estudio que todavía no había aplicado en la vida. La radio fue lo que encontré. Podría decirse que analizo las cosas cotidianas y las comento durante el programa. La radio es un medio que me deja todas las semanas hablar de todo lo que me interesa y, al mismo tiempo, me encuentro con gente con la que la paso muy bien. Podría decir que es mi reemplazo al teatro, otra de mis pasiones. No voy a decir lo que todo el mundo dice: “desde chiquita actuaba adelante del espejo”, “la tía Porota siempre creyó que lo mío es la actuación” o “nací para actuar” porque siempre fui vergonzosa y me costó pararme frente a la gente y hablarle a la nada. Un monólogo que había escrito fue lo primero que representé ante un público que no conocía. Tras bambalinas, antes de salir a escena, tenía una mezcla de ansiedad y miedo. No podía aguantar las ganas de salir a escena. Hasta que lo hice y nunca más quise soltar el escenario. Pero lo hice. Lo hice porque los tiempos se me acortaron cuando salí de la secundaria, tenía otras prioridades o busqué otras excusas. Y ahora estoy arrepentida.

Otra cosa que abandoné es la escritura. Antes me gustaba escribir cuentos y hoy en día no lo hago. No sé por qué. Me gustaba y me divertía hacerlo como manera de contar las cosas que sentía en ese momento con cuentos que, en realidad, eran largas metáforas de mi vida.

Me doy cuenta de que abandoné muchas cosas que debería retomar. Quizás, después de escribir este trabajo, lo charle con algún psicoanalista o algún amigo. Tratamiento para la cabeza necesito con urgencia después de escribir estas líneas.

1 comentario:

  1. Actualizá cuando puedas que está muy buenas las publicaciones! Pepos amore!!
    PD: Aguante los pececitos de colores!

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