miércoles, 23 de junio de 2010

¡¡Bienvenidos mis sinestésicos!!

Les doy la bienvenida a este universo infinito y misterioso donde el sentir se convierte en una nueva sensación.

He creado este blog a partir de mi descubrimiento de la palabra SINESTESIA. Me fascinó su definición...Creo que la escritura me permite vivir esa experiencia donde los sentidos se mezclan, donde dejo de ser para convertirme en palabra...pero si muto en palabra corro el riesgo de no ser nada sólo mera representación de algo que no está. Entonces, ¿cómo hago para ser si lo que me permite ser me lo impide?

Con estas cuestiones lacanianas quiero empezar este blog. Es una teoría psicoanalítica que me resulta muy interesante aunque, a la vez, choca con mi concepción sobre la expresión ¿Cómo puede ser que la comunicación no exista en realidad?¿Cómo, si es lo único que me queda para poder gritar todo lo que veo, para poder ver todo lo que huelo, para poder oler todo lo que grito?

Creo que es oportuno que vean este video realizado por Terri Timley en el año 2009. Se los recomiendo. Fue el empujoncito inicial que hizo que me interesara mucho en este particular modo de sentir.



La palabra sinestesia procede del griego syn (junto) y aistesis (sensación), es decir, que podría entenderse como “la unión de las sensaciones”. Aunque existen casos de sinestesia documentados desde hace más de 300 años, no ha sido hasta finales del siglo XX cuando su estudio se ha extendido. Ahora ya se sabe que hay más mujeres que hombres sinestésicos y que hay familias con varios casos entres sus miembros. Por tanto, parece haber un cierto componente genético para la sinestesia. Las investigaciones del Dr. David Eagleman tratan de comprobar este punto recopilando información de árboles genealógicos de sinestésicos. De esta forma se ha comprobado que el gen responsable de este fenómeno se encuentra en el cromosoma 16 y se trabaja para secuenciarlo.

Cada sinestésico ve el mundo de forma distinta ya que se han clasificado hasta 19 tipos distintos de sinestesia. Los más comunes consisten en asociar números o palabras con colores mientras que los más raros asocian el tacto con sabores u olores. El mecanismo por el que se produce este fenómeno se estudió por tomografía por emisión de positrones. De esta manera se comprobó que en el caso de los sinestésicos al decir números se activan no sólo las áreas del cerebro responsables del lenguaje, sino también las correspondientes a la vista o el tacto.

Parece claro que el origen de la sinestesia está en el cerebro, pero no así el mecanismo por el que se produce. Hay dos teorías sobre la causa de la sinestesia. Según la primera, un sinestésico tiene más conexiones físicas en el cerebro, lo que permite “enlazar” los estímulos que proceden de distintos sentidos. Según la segunda teoría, el número de conexiones en el cerebro es el mismo, pero el nivel de inhibición bioquímico es distinto por lo que se pueden producir las conexiones cruzadas que llevan a enlazar las distintas sensaciones.

Además de ser una oportunidad de entender un poco mejor cómo funciona nuestro cerebro, la sinestesia puede permitirnos averiguar cómo se produjo el salto evolutivo que condujo al desarrollo del lenguaje.

3 comentarios: